miércoles, 27 de abril de 2011

UNA OPCIÓN DIFERENTE

Si buscas algo diferente con lo cual edificarte te presentamos las diversas opciones a continuación

Hillsong Live - A Beautiful Exchange
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Tenth Avenue North- The Light Meets the Dark
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Hillsong United - Aftermath
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LA CLASE DE SANTIDAD QUE QUIERO TENER

Por Lucas Leys
especialidadesjuveniles.com

A fines de los noventa, en Estados Unidos se puso de moda entre los cristianos llevar brazaletes, llaveros y ropa con la inscripción W.W.J.D que son las iniciales de las palabras en inglés de la siguiente pregunta, traducida al español: ´¿Qué haría Jesús?´ En una ocasión, me invitaron a predicar en un evento multitudinario donde el lema del encuentro era aquella sigla.

Los que hablaron antes que yo se refirieron a la santidad y recomendaron a los jóvenes pensar muy bien antes de hacer algo malo y les advirtieron que hacer lo que no agrada a Dios trae consecuencias. Los jóvenes escuchaban con las cabezas gachas y algunos lloraban. Se respiraba un clima de tensión y vergüenza. Mientras oraba con los ojos abiertos, esperando mi turno, el Señor me indicó: Hasta este momento, se ha hablado como si la pregunta fuera ´¿Qué cosas NO haría Jesús?´, en lugar de preguntar qué cosas sí hubiera hecho. Cuando me tocó hablar, leí el pasaje en Lucas donde el propio Jesús anuncia con qué misión había venido a la tierra:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar las buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.” Lucas 4.18-19.

Acto seguido hablé de lo que Sí hizo Jesús y lo que quiere hacer hoy en la tierra a través de la nueva generación. Hablamos de transformar la sociedad, de impacto, de amor y de sacrificio. Al terminar, el entusiasmo entre los jóvenes era evidente.

Pecados de acción y pecados de omisión

Es una lástima que la iglesia haya enfatizado por tanto tiempo sólo lo que no deben hacer los cristianos, lo que llamamos pecados de acción. Poco se ha enseñado sobre los pecados de omisión, que son aquellos pecados que tienen que ver con lo que no hacemos. Si hacemos una lista de los pecados de acción, de las cosas malas que no debemos hacer, la lista es larga como papel higiénico. Si anotamos los pecados de omisión, es decir, las cosas que deberíamos hacer y no hacemos, apenas recordamos unos cuantos: diezmar, orar, leer la Biblia, ir a la iglesia y obedecer a los padres. Estas son cosas esenciales, sin duda. Pero, ¿ahí termina lo que el cristiano debiera estar haciendo? ¿Qué haría Jesús en nuestro medio?

Estoy convencido de que hacer la obra de Cristo contribuye enormemente a nuestra santificación; cuando empiezo a hacer lo que hizo Jesús, tengo mucho menos tiempo para hacer aquellas cosas que no debería hacer y que Jesús nunca hizo. Cuando empiezo a quedarme, a no hacer lo que Dios quiere que esté haciendo, es fácil que la tentación me encuentre ´disponible´. Eso fue lo que le pasó a David.

Vayamos algunos años más adelante, mucho después de su valiente enfrentamiento con Goliat. El capítulo 11 de 2 Samuel relata que David tenía que salir en campaña contra los enemigos del pueblo de Dios, pero se quedó. El rey tendría que haber ido con el ejército pero se quedó muy cómodo en el palacio de Jerusalén mirando la tele. Una tarde (!) al levantarse de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio y desde allí vio a una mujer muy hermosa que se estaba bañando. Primero la miró con un ojo, luego con dos y después le sacó una foto. Hizo
La clase de santidad que quiero tener
que la trajeran y, aprovechándose de ser el rey y de que el esposo de la mujer no estaba, se acostó con ella. Una vergüenza para un hombre que conocía tanto de Dios.

Pero, ¿dónde había empezado todo? David no estaba donde tenía que estar. Estaba perdiendo el tiempo en el palacio en vez de estar haciendo lo que Dios quería que hiciera.
Dios quiere hijos santos. La santidad es la belleza de la cristiana y el cristiano. Por ser la santidad justamente un reflejo de la hermosura del carácter de Cristo en nuestra vida, somos santos cuando hacemos lo que Cristo hizo. Es lamentable ver cristianos que piensan que ser santo es no fumar, no tomar, no bailar ni decir malas palabras. Esas características son una mínima expresión de lo que es la santidad. La persona santa es feliz porque está haciendo la voluntad de papá Dios, que es ´agradable y perfecta´ (Romanos 12.2). La madre Teresa de Calcuta fue santa, Martin Luther King, Martín Lutero y Hudson Taylor fueron santos, como todos aquellos que de todo corazón se entregan a hacer lo que Dios les pide y eso los hace parecerse cada vez más a Jesús.

Dios quiere algo más que solo no nos metamos en problemas con los cristianos a nuestro alrededor. Él quiere un corazón obediente y una fe total. Él está más interesado en el corazón de sus hijos que en sus habilidades y conocimientos. Quiere vidas a prueba de pruebas. Quiere cristianos que mantengan el gozo y la esperanza en las dificultades; que conserven la paz y el dominio propio en medio de las tensiones. Dios quiere algo más que carisma y popularidad; él está buscando verdadera santidad. Esa que tiene que ver con la pureza de corazón y de la que podemos conversar en voz baja solo ÉL y nosotros. Santidad que tiene que ver con lo que en nuestro lugar hubiese hecho el Santo.

Yo quiero alejarme de aquellas cosas que ofenden a mi Señor. Pero también no quiero ofenderlo al no hacer lo que me pide.

SEÑALES DE LA DECADENCIA ESPIRITUAL

Por Frank Diana
frankdiana15@gmail.com

Leyendo el libro de Sergio Scataglini “El Fuego de su Santidad”, me topé con estas 15 señales que pueden alertarnos para no caer y peor aún apartarnos de Dios. Ah, y hago la observación de que me tomé la libertad de acotar una breve explicación a cada una de ellas. Espero que sea de provecho.

1. Falta de energía y moral
Cuando desaparece la motivación. Todo se vuelve rutinario, a pesar de seguir trabajando en las cosas de Dios, ha perdido sus fuerzas para llevar una vida cristiana dinámica.

2. Renuencia al cambio
Cuando el conformismo supera a la expectativa. Scataglini agrega: “No deseamos ser incomodados por nada que sea diferente de lo que ya sabemos”.

3. Falta de alegría
Sin importar las circunstancias, ¿el gozo del Señor está en mi vida? Que nada pueda quitar el gozo del Señor, su ausencia en nuestras vidas es señal de la decadencia espiritual. Otra pregunta muy sencilla pero quizás difícil de responder cuando las cosas no están como deseamos: ¿eres feliz?

4. Convertirse en controlador
No sólo la obsesión con alcanzar riquezas, sino también querer ser los dueños de la opinión de todos, los encargados de todo, los jefes, la autoridad, en fin, los controladores, y que muchas veces lamentablemente se hacen llamar “líderes”.

5. Vivir con ansiedad y pánico
Temor en el porvenir, falta de seguridad y confianza.

6. Aceptar el pecado como normal
Considerar perdida la batalla contra el pecado, lo que lo lleva a firmar un acuerdo con éste y vivir hasta cierto límite con el mismo, pero, ¿cuál es el límite?
“Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio”. Ezequiel 44:23

7. Tedio en la vida de oración
En pocas palabras, orar hasta una hora, pero distraído viendo el reloj.

8. Tener los pies en la iglesia y los ojos en el mundo
A pesar de trabajar en las cosas de la iglesia, su tesoro está en las cosas del mundo. Scataglini añade: “Puede pensar: ¡qué placentero sería poder vivir como un mundano!”.

9. Rehusando nuestras finanzas al Señor
Empieza a retener dinero que corresponde al diezmo o a la ofrenda que Dios ha puesto en su corazón.

10. Sentirnos incómodos por la cruz
Sólo desean escuchar mensajes de bendición, prosperidad, bienestar, Etc. Es decir, desechan por completo cualquier mensaje de reto, disciplina, y más aún de exhortación.

11. Adicciones
Cualquier cosa que consideramos “necesarias” para nuestra vida, tan sencillas como la necesidad de tomarse un vaso de Coca-Cola, como anhelar un poco de cocaína. Sergio acota que las adicciones pueden venir en todos los tamaños.

12. Fatalismo
Vivir sin considerar las consecuencias de sus acciones, pues, según estas personas todo resultará en frustración y fracaso, “En fin el mundo se va a acabar”, pensamiento común en el fatalista.

13. Enviciado por la pornografía
Quizás no compran material de este tipo, sin embargo, frecuentemente tienen fantasías pornográficas. La pornografía es un pecado que destruye, que muchos consideran como inofensiva, afirmando: “pero esto no molesta a nadie; es un secreto. Es algo que hago en mi mente o solamente en momentos privados”. “Un día tendremos que dar cuentas al Señor por cada acto perverso que hayamos hecho en público o en privado”. Añade Scataglini.
Agrego: “Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón”. 1 Corintios 4:5b.

14.Entretenimiento profano
Deleitarse en entretenimiento que no glorifica a Dios, tan sencillo como disfrutar de un episodio de humor negro de Los Simpsons.

15. La pasividad mortal
Indiferencia hacia las cosas que le rodean, desinterés, apatía. Pérdida de la sensibilidad hacia la presencia de Dios.

Es probable que te identifiques con alguna o algunas de estas señales, yo me he identificado con varias (por no decir todas). Lo bueno es que son señales de alerta, donde no todo está perdido, donde aún tenemos la oportunidad de cambiar, aún estamos a tiempo.
Sólo dependerá de nosotros, el detenernos y mirar en qué estamos fallando, y procurar lo antes posible de solucionar dicho problema.
Cito lo escrito por Scataglini:
“Se pueden comparar con las luces del tablero de instrumentos de un vehículo, que nos indican si falta aceite, si los frenos están a punto de fallar, si la batería no se está recargando, etc”.

El Espíritu Santo nos está alertando. VIVAMOS EN SANTIDAD.
1 Tesalonisenses 4:7 “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificiación”.

[Tomado del Periodico Cristiano Devoción. Abril 2011]

MI VIDA EN CONSTRUCCIÓN

Por Abel López

Son numerosas las veces que nos hacemos las siguientes preguntas ¿qué será de mi futuro? ¿Cuál será mi destino? Y ¿cómo puedo obtener los logros y metas que deseo obtener en mi vida? Hay muchas promesas de Dios en Su Palabra para nosotros y quiero compartir contigo algunas de ellas.

La Palabra nos relata en el libro de Génesis una historia muy conocida por todos y especialmente si creciste en la Iglesia, porque esta historia fue parte de tu escuela dominical, si sigues leyendo creo que Dios tiene algo nuevo para tu vida. En el libro de Génesis 6:14-22, Dios habla a Noé y le manda a construir una arca con todos los detalles de cómo debía ser construida. Dios quiere darte los detalles para tu vida, pero debes tener la misma mentalidad que tuvo Noé. Todos nosotros podemos construir lo que Dios nos ha mandado a edificar si seguimos tres principios bíblicos para nuestra vida.

El primer principio para que se cumpla lo que Dios va hacer en nuestras vidas es la Fe. Algunos de los detalles que Dios le dio a Noé para construir el arca eran los siguientes: Trescientos codos de longitud (450 pies de largo) cincuenta codos su anchura (75 pies de anchura) y treinta codos su altura (45 pies de alto). Ponte a pensar en el tamaño del arca y que en ese tiempo no existía ningún Home Depot o Lowes, no existía herramientas eléctricas para llevar a cabo el trabajo que Dios le había mandado hacer. Noé escucho la voz de Dios y no se quejó, sino que sólo creyó. Lo que Dios te ha llamado hacer quizás para ti es muy grande, pero sólo créele a Dios y actúa en fe.

El segundo es el principio de la Obediencia. Quizás se va a llevar mucho tiempo y trabajo, pero tienes que recordar que estás en el tiempo de Dios. Noé fue obediente a la instrucción de Dios. La obediencia requiere que sigamos el plan exacto de Dios. Noé creyó a Dios y obedeció sus instrucciones. La Biblia es la instrucción principal para nuestras vidas.

El tercer principio es la Persistencia. El tiempo va transcurrir más pronto de lo que tú esperas. Noé se tomó 120 años para construir el arca. Él fue un hombre de compromiso y su compromiso duró más que el promedio de una vida hoy. Concéntrate en lo que Dios te ha mandado a hacer y deja lo demás a Él. No dejes que alguien más construya lo que Dios te mandó a construir a ti. Esfuérzate y sé un joven que cumple su compromiso.


[Tomado del Periodico Cristiano Devoción. Abril 2011]

La homosexualidad masculina ¿Qué puedo hacer?

Por Eduardo Mejía
Miembro de Setting Captives Free & Libres en Cristo

“La gente tiende a percibir la homosexualidad más favorablemente cuando se cree que es de nacimiento. Con razón los líderes homosexuales (no todos, pero la mayoría) están presionando para que se acepte la teoría de que la gente nace homosexual; esto ayuda a avanzar la causa.” —Joe Dallas, author, former homosexual.

En nuestro ministerio hemos visto innumerables casos de homosexualismo dentro de la Iglesia. Cuando yo luchaba contra esta atracción en mi adolescencia, trataba de no manifestar nada que pudiese tener “sospecha” alguna de lo que realmente pasaba en mi interior. Sin embargo la mayoría sabia que mi comportamiento muy apartado y no-social no era normal o común.

¿Por qué la homosexualidad? ¿qué la produce?

En la mayoría de los casos (no todos), inicia con una puerta abierta como el abuso sexual, es posible considerar la atadura espiritual por el ambiente en que nacimos, pero los factores más comunes hoy en día son:
  • La falta de indentidad trasmitida por una figura paterna.
  • Deseo de un sentido de pertenencia con otros varones.
  • La desconexion en la relación padre e hijo y su poca o ninguna orientacion como ser sexual masculino.
  • Dudas que fueron sembradas por personas como fue en mi caso, sobre la orientacion sexual en base a estándares machistas para un varon.
  • Exposición a la pornografía o a una experiencia sexual que a temprana edad no es posible comprender.
Consecuencias y conductas dolorosas

Como adolescentes experimentamos la tentación de aislarnos, pues, las burlas de los compañeros no ayudarán en nada en este camino, y se generan una amplia cantidad de búsquedas y conductas de defensas en proceso, entre ellas:
  • Optar por ser fuerte externamente por prometerse a sí mismo que nadie te va lastimar más.
El orgullo parece nuestro amuleto interno que nos hace fuertes.
Si experimentaste abuso puede que tengas miedo a la figura masculina y refugiarte en algo superficial o en alguien de tu mismo sexo para buscar la intimidad perdida.
Tu vida sexual con el abuso tuvo una puerta abierta que te invitó a un camino de degradación pero donde nunca te sacias realmente.
  • Se distorsiona tu forma de ver a los hombres y mujeres.
Si no se es “atractivo” físicamente, genera una envidia o competencia sexual en nuestra mente que nos hace actuar segun el sentimiento. Sólo el hecho de tener celos como dice la escritura es asfixiante. Añadidas las dudas sobre si realmente somos hombres erotiza el asunto. Nos volvemos adoradores de la imagen corporal. Entonces la envidia interna se genera al compararse con otros jóvenes.
  • Somos inseguros y escondemos con máscaras (diversas) nuestra personalidad y temores internos.
Tendemos a pensar que el mundo esta pensando en nosotros. Somos el centro de la atracción en nuestra mente y lo que los demás puedan pensar de nosotros.
Ocurre con el tiempo dos cosas: (1) Escondemos todo esto, (2) Al no poder más vivir de esta forma tomamos la decisión de gritarlo a los cuatro vientos.
La culpabilidad nos mata, así que la enterramos con un tipo de arena llamada: “Sana personalidad”.

  • Se experimenta una soledad y un vacío inmenso.
Nos involucramos en la iglesia lo más que podamos y tratamos de dar una imagen “espiritual” ferviente. Mata nuestra fe porque pareciera que somos las únicas personas en el mundo con este problema. Entre otros.
¿En que fallé?

Muchos padres se culpan por la situación de sus hijos y lo que hacen es taparlo y pretender que nada sucede. Como el caso de una madre líder en su Iglesia que ella negaba que su hijo tuviese luchas con la homosexualidad, y declaraba que el era hijo de Dios y no podia aceptar dichos comentarios. De hecho ella hablaba de forma sublime de su hijo a los demás y en sus predicaciones. Se lo trasmitía ella, porque no vivía con su esposo. El joven reconoció delante de otra líder que sí tenía un problema y necesitaba ayuda. Lastimosamente cuando se carece de conocimiento nos limitamos a orar por la persona una vez y no a profundizar en apoyarlo ni darle seguimiento. Pero el problema es real.
Oseas 4:6 nos dice:
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.

  • Busca ayuda hoy
Quiero dejarte con un pensamiento: Al igual que Dios le dijo al hombre: ¿Quien te dijo que estabas desnudo? Lo que en realidad le estaba preguntado es: Adán, ¿A quién le creíste más? ¿Al enemigo o a mí? ¿Creerás que naciste homosexual, o creerás lo que la palabra de Dios dice?
Una persona que viene con argumentos hechos por médicos Gay, (Qué ironía, ¿no?), no te darán la respuesta.
¿A quién le creerás hoy?.....

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