miércoles, 27 de abril de 2011

SEÑALES DE LA DECADENCIA ESPIRITUAL

Por Frank Diana
frankdiana15@gmail.com

Leyendo el libro de Sergio Scataglini “El Fuego de su Santidad”, me topé con estas 15 señales que pueden alertarnos para no caer y peor aún apartarnos de Dios. Ah, y hago la observación de que me tomé la libertad de acotar una breve explicación a cada una de ellas. Espero que sea de provecho.

1. Falta de energía y moral
Cuando desaparece la motivación. Todo se vuelve rutinario, a pesar de seguir trabajando en las cosas de Dios, ha perdido sus fuerzas para llevar una vida cristiana dinámica.

2. Renuencia al cambio
Cuando el conformismo supera a la expectativa. Scataglini agrega: “No deseamos ser incomodados por nada que sea diferente de lo que ya sabemos”.

3. Falta de alegría
Sin importar las circunstancias, ¿el gozo del Señor está en mi vida? Que nada pueda quitar el gozo del Señor, su ausencia en nuestras vidas es señal de la decadencia espiritual. Otra pregunta muy sencilla pero quizás difícil de responder cuando las cosas no están como deseamos: ¿eres feliz?

4. Convertirse en controlador
No sólo la obsesión con alcanzar riquezas, sino también querer ser los dueños de la opinión de todos, los encargados de todo, los jefes, la autoridad, en fin, los controladores, y que muchas veces lamentablemente se hacen llamar “líderes”.

5. Vivir con ansiedad y pánico
Temor en el porvenir, falta de seguridad y confianza.

6. Aceptar el pecado como normal
Considerar perdida la batalla contra el pecado, lo que lo lleva a firmar un acuerdo con éste y vivir hasta cierto límite con el mismo, pero, ¿cuál es el límite?
“Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio”. Ezequiel 44:23

7. Tedio en la vida de oración
En pocas palabras, orar hasta una hora, pero distraído viendo el reloj.

8. Tener los pies en la iglesia y los ojos en el mundo
A pesar de trabajar en las cosas de la iglesia, su tesoro está en las cosas del mundo. Scataglini añade: “Puede pensar: ¡qué placentero sería poder vivir como un mundano!”.

9. Rehusando nuestras finanzas al Señor
Empieza a retener dinero que corresponde al diezmo o a la ofrenda que Dios ha puesto en su corazón.

10. Sentirnos incómodos por la cruz
Sólo desean escuchar mensajes de bendición, prosperidad, bienestar, Etc. Es decir, desechan por completo cualquier mensaje de reto, disciplina, y más aún de exhortación.

11. Adicciones
Cualquier cosa que consideramos “necesarias” para nuestra vida, tan sencillas como la necesidad de tomarse un vaso de Coca-Cola, como anhelar un poco de cocaína. Sergio acota que las adicciones pueden venir en todos los tamaños.

12. Fatalismo
Vivir sin considerar las consecuencias de sus acciones, pues, según estas personas todo resultará en frustración y fracaso, “En fin el mundo se va a acabar”, pensamiento común en el fatalista.

13. Enviciado por la pornografía
Quizás no compran material de este tipo, sin embargo, frecuentemente tienen fantasías pornográficas. La pornografía es un pecado que destruye, que muchos consideran como inofensiva, afirmando: “pero esto no molesta a nadie; es un secreto. Es algo que hago en mi mente o solamente en momentos privados”. “Un día tendremos que dar cuentas al Señor por cada acto perverso que hayamos hecho en público o en privado”. Añade Scataglini.
Agrego: “Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón”. 1 Corintios 4:5b.

14.Entretenimiento profano
Deleitarse en entretenimiento que no glorifica a Dios, tan sencillo como disfrutar de un episodio de humor negro de Los Simpsons.

15. La pasividad mortal
Indiferencia hacia las cosas que le rodean, desinterés, apatía. Pérdida de la sensibilidad hacia la presencia de Dios.

Es probable que te identifiques con alguna o algunas de estas señales, yo me he identificado con varias (por no decir todas). Lo bueno es que son señales de alerta, donde no todo está perdido, donde aún tenemos la oportunidad de cambiar, aún estamos a tiempo.
Sólo dependerá de nosotros, el detenernos y mirar en qué estamos fallando, y procurar lo antes posible de solucionar dicho problema.
Cito lo escrito por Scataglini:

“Se pueden comparar con las luces del tablero de instrumentos de un vehículo, que nos indican si falta aceite, si los frenos están a punto de fallar, si la batería no se está recargando, etc”.

El Espíritu Santo nos está alertando. VIVAMOS EN SANTIDAD.
1 Tesalonisenses 4:7 “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificiación”.

[Tomado del Periodico Cristiano Devoción. Abril 2011]

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